A la hora de emprender el diseño interior de los espacios es esencial conseguir transmitir un concepto o idea con la que nos sintamos identificados. Esta manera nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y que nuestras estancias estén adaptadas a nosotros y, por lo tanto, más confortables. Por ello, os dejamos una relación de los estilos generales que podemos encontrar dentro del mundo del interiorismo y del que derivan otros muchos.
Minimalismo. Destacado por sus líneas puras y esquematismos, este estilo se caracteriza por la sencillez geométrica de sus formas y la utilización de elementos esenciales. La importancia de la luz hace que se utilice mucho los colores blancos para ampliar e iluminar más las estancias.
Étnico. Se inspira en culturas no occidentales. Destacamos el espacio con elementos de cierto carácter, aportando el sentimiento de la cultura a la que remite: africana, india… El uso de maderas, piezas artesanales y colores tierra son muy necesarios para definir así el espacio.
Nórdico. Es una de las tendencias más destacadas de los últimos años. Se caracteriza por la utilización de los tonos blancos, grises sutiles y gama de colores muy suaves combinadas con maderas naturales claras como el abeto o el haya. El mobiliario que suele estar acompañado a estas características además de ser original, debe ser muy funcional.
Clásico. Nos adentramos en un estilo que nace con el romanticismo, en el que se caracteriza por las líneas torneadas y llenas de meticulosos detalles en su fabricación. Destaca el uso de maderas nobles como el nogal o el castaño, además de tapizados gruesos e iluminaciones muy vistosas en formas.
Industrial. Concebido a partir de la rehabilitación de las antiguas fábricas de las grandes ciudades norteamericanas, este estilo muy ligado al mundo del arte tiene como misión ensalzar materiales con cierto estigma como acabado final. Es el caso del ladrillo, el hierro o el cemento. Se distingue por sus techos altos, mobiliario en serie combinados con piezas distintivas.
Japonés. Muy unido a la filosofía del feng shui, donde la distribución de los espacios, los acabados y las formas tienen un sentido concreto venido por las energías. Se trabajan las estancias a partir de los cinco elementos y destaca la intención de espacios relajados. Derivará de esta tendencia otras como la Wabi sabi, centrada más en el paso del tiempo en los materiales.
Rústico-provenzal. Ligado al mundo del campo. Este estilo representa una unión con la naturaleza mediante colores luminosos donde destacan los tonos terrosos, mobiliario natural hecho con maderas macizas y textiles de estampados acordes.
Mediterráneo. Es un estilo que nos invita a recordar el mar y la costa con el sol del verano. Inspirado en sus inicios en las costas de las islas griegas, destaca la utilización del blanco en los paramentos, uso de cerámicas y piezas de artesanía. Los textiles naturales en arenas y con toques azules, aporta esa parte náutica de la que se caracteriza esta tendencia.